jueves, 24 de octubre de 2013

Verde que te quiero verde

En una ocasión leí que las flores y las plantas son criaturas calladas que estimulan todos los sentidos (menos el oído). Y lo son. Alegran la vista, excitan el olfato, inducen al tacto y alentan al gusto. Así son. Bellas, coloridas, silenciosas, delicadas y fuertes al mismo tiempo, purificadoras y sobre todo, vivas. Viven y llenan de vida cualquier rincón haciéndolo especial, dotándolo de sentido. Nunca tan sigilosa presencia había aportado tanto. Y es por eso por lo que siento una especial debilidad hacia las plantas, lo reconozco. No importa el tamaño, el color, la forma, si tienen espinas o no, sus cuidados, de exterior o de interior... ¡Cualquiera vale!  


El caso es poner color a la vida y disfrutarla. Y en esto del color, mucho tiene que ver la maceta. Ya os dejé en una ocasión un post sobre cómo hacer un retro macetero aprovechando cintas de VHS o disquetes de ordenador. Hoy, he querido recopilar algunos DIY sencillos a la par que vistosos y hacer que las plantas que tengamos en nuestros hogares luzcan más bonitas y originales que nunca. 
 







¡Espero que os gusten!

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