jueves, 3 de octubre de 2013

Paredes que evocan grandes momentos

Un buen día comienza con un buen desayuno. Parada: Chocolatería San Ginés, una de las más famosas de Madrid y me atrevería a decir que de las más antiguas, ya que se fundó en 1894. Cruzar la puerta supone adentrarse en uno de esos cafés castizos del Madrid del siglo XIX, en los que arte y tradición se cojungan a partes iguales. Sus paredes, repletas de fotografías de personajes ilustres (personajazos, también) permiten que te hagas una idea de la solera que tiene tan emblemático lugar. Y es que, si hay algo que perdure para siempre es una foto. Gracias a la fotografía, recordamos momentos que con el paso del tiempo se almacenarían en algún recóndito lugar de nuestra memoria, impidiéndonos revivirlos con total claridad. Y si tanto nos gustó ese momento como para inmortalizarlo, por qué no tenerlo siempre presente. Como dice la fotógrafa Cirstina García Rodero, "la fotografía es una lucha. El enemigo es el tiempo y vences cuando consigues congelarlo en el momento adecuado, evitando que algo que habla de ti y de lo que está pasando muera y desaparezca para siempre".


Si las fotos transmiten ese buen rollo del momento en el que se hicieron, por qué no decorar con ellas las paredes de nuestras casas. Digo fotos porque, hoy por hoy, hacemos cientos y no revelamos ni una mínima parte. Pero también podemos hacerlo con ilustraciones, postales, dibujos, frases, incluso con cartas. Y, si son de aquel primer amor, mejor qué mejor.





 
 
 
 




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