Me encantan los rastros. No sólo por el precio y por el ambiente que se respira, sino por la cantidad de cosas singulares que puedes encontrar en ellos. Hay auténticos tesoros escondidos entre cafeteras y teteras oxidadas, camafeos, espejos, juguetes, cómics de antaño, muñecas viejas, retales... Y podría seguir enumerando una larga lista de artilugios, porque en un rastro cabe todo. Hace algún tiempo, estuve con unos amigos en el rastro de Jalón, un pueblecito de la Comunidad Valenciana, y encontramos verdaderas joyas. Entre ellas, una maleta de piel antigua con correas que, tal y como nos contó su vendedor, descansaba en la buhardilla de su casa junto con otros tantos trastos. ¡Qué desperdicio!, pensé. Tras practicar el arte del regateo, la maleta se vino con nosotros. La idea es hacer algo bonito con ella. En principio iba a ser la cama de mi perro Bongo, pero no cabe. Armario de baño, cómoda, mesita de noche, silla, estantería, librería.... Hay tantas opciones!! Aquí os dejo algunas para que os inspiréis y si tenéis alguna maleta antigua no la tiréis.
It's time to recycle!!
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Book lovers never go to bed alone
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¡Qué chulas Lucía! La vuestra es tan bonita como cualquiera de estas, y seguro que le sacas un montón de partido...
ResponderEliminarMe alegro de que os gustara el rastro de Jalón, ¡a nosotros no encantó ir con vosotros!
Gracias!! La verdad es que fue una buena compra en muy buena compañía!!
EliminarTendremos que repetir!