domingo, 10 de agosto de 2014

La moda del trapillo (en invierno)

Hacer labor, como suele decir mi abuela, es algo propio del invierno. Al menos, para mí. No soy capaz de ponerme a tejer en pleno mes de agosto. ¡Qué le vamos a hacer! Pero debo ser la única porque ya he visto en Instagram alguna que otra foto de chicas (muy monas todas ellas) haciendo punto en la playa, en la piscina o incluso, en la cubierta de un barco. Postureo del bueno. Del que te hace pasar hasta algo de envidieja. Y no voy a negar que me gusta, pero chica, no me veo. 

No sé si será porque este verano no voy a oler las vacaciones, pero estoy deseando que llegue octubre y su fresquito para hacer algo con trapillo. La técnica es la del ganchillo o crochet, pero en lugar de utilizar hilo, se hace con trapillo y con una aguja bastante más grande de lo normal. 

El trapillo son tiras de algodón que salen de los excedentes de las fábricas textiles o que bien, haces tú misma en casa reciclando camisetas. Se vende en bobinas y con él, puedes tejer de todo. Alfombras, maceteros, cestas, tapetes, revisteros, fruteros... ¡Lo que se te ocurra!

En mi caso, primero tengo que recordar cómo se hacían los puntos básicos del ganchillo, como la cadeneta, punto bajo, punto enano, extendido, medio alto, alto y doble. ¡Casi nada! Ay abuela, por qué no prestaría más atención cuando me entretenías haciendo ganchillo hace ya unos cuantos años. 

Reaprenderé. ¡Va por ti!








No hay comentarios:

Publicar un comentario